y la esencia vital de otros seres vivos
Cuando pensamos en vampiros, pensamos en el Conde Drácula. El 26 de mayo de 1897 Bram Stoker saca a la luz (del sol) esta novela. El escritor irlandés hace acopio del folclore y combina varias supersticiones que han acompañado al imaginario popular desde el año 655 del calendario Bizantino: monstruo de sangre, ser volador, chupador del vehículo del alma + la representación de los instintos reprimidos, el temor a la enfermedad y la muerte, la fascinación por la inmortalidad y el instinto de supervivencia + (elemento clave y personaje de la vida real) Vlad El empalador.
Esta emocionante novela se ha popularizado tanto que constituyó su propio género literario y cinematográfico, además permea el mundo de la moda, la televisión, la música y el arte plástico.
Celebrar esta novela es celebrar el arte que pudo crear el autor: un mundo dentro de este mundo. Sin duda, leerla es una gran manera de mantenerla viva. Pero también te recomendamos ver la película de Francis Ford Coppola, Drácula de Bram Stoker (1992) y Nosferatu (1922) de Murnau, o si tienes ganas de ir al cine, Reinfield (2023), porque ninguna película donde salga Nicolas Kim Coppola ( AKA Nicolas Cage) es un desperdicio de tu tiempo.
Si quieres conmemorar el día con música, aquí está el Original Soundtrack de la película de Coppola (Está increíble, ponte audífonos.)
O solo por hoy, ármate un ofni con toda la estética gótica que un vampiro puede tener:

Sumérgete en la oscuridad de tu alma, abrázala y hazla tuya para siempre.